Por todos lados leo y observo un sinfín de mensajes, artículos, “Coaches”, “influencers” que te dicen que te tienes que lanzar al agua, tienes que arriesgarte y que emprender, porque es lo mejor de la vida. Y hasta cierto punto no contradigo estos mensajes, porque emprender es una de las mejores decisiones de la vida.
Sin embargo, todo tiene su lado oscuro, y no esta mal, pero debes estar dispuesto a correr ciertos riesgos y cambiar cierta mentalidad, que, si no sabes cómo mitigarlos y sobrellevarlos, tu idea de negocio se ira por el caño.
A continuación, te detallo esas cosas que no te dicen, ni te dirán cuando quieres comenzar tu negocio:
Te sentirás solo:
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Cuando inicias tu proyecto, habrá momentos de soledad, donde te tocará internalizar lo que está sucediendo a tu alrededor, y comenzarás a sentir una sensación de que te encuentras completamente solo en este camino. Esto es completamente normal y no debes preocuparte.
Esta sensación surge, porque quieres hacerlo todo tu mismo, y eso te sobrecarga de trabajo.
Siempre que esto te suceda, analiza bien que trabajos puedes delegar, y ten en cuenta que siempre contarás con personas que te apoyen, ya sea tu familia o amigos, también debes aprender rodearte de gente que te ayude en tu camino hacia tus metas, crea tu circulo de amigos alfa en los negocios, estas personas te serán de ayuda en momentos de crisis.
Hay mucha incertidumbre
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El no saber que va a pasar, el miedo al fracaso y esa falta de “seguridad” pueden jugarte la vuelta y convertirte alguien sumamente emocional y poco racional. Lo que puede llevar a perder grandes negocios y afectar el rendimiento de tu emprendimiento.
Sucede que nos han criado para no tomar las riendas de nuestras vidas, y responsabilizamos a otros por lo que nos pasa. En este caso, la incertidumbre es resultado de nuestra falta de responsabilidad sobre nuestras acciones.
Cuando te des cuenta de que emprender es mucho más estable y rentable que un ”trabajo estable”, que de estable no tiene nada, te darás cuenta que el desempeño de tu emprendimiento viene dado por la responsabilidad que le pones a tu idea y tu negocio.
Te sentirás ansioso y perdido
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Cuando comienzas un negocio, te vienen demasiadas ideas a la cabeza. “y si fracaso”, “estoy solo en esto”, “nadie me ayuda”, “no se que voy a hacer”, “de donde saldrán mis clientes”, etc.
Esta espiral de ideas y de pensamientos, agotan tu mente y te harán centrarte en situaciones negativas.
Luchar contra tu mente es de las batallas más difíciles que te encontrarás en este camino, pero la solución se encuentra en planificar el primer año, hasta el décimo año de operación, y hacia donde tus planes lleguen. Escribe tus metas y siempre mantenlas en mente.
Cada vez que te sientas perdido, revísalas y sigue el plan, claro que puedes cambiarlo en cualquier momento si se requiere, pero sigue con la meta que es hacer crecer tu sueño.
También debes desapegarte del futuro, trata de tener tu mente hacia una meta, pero nunca olvides la realidad actual. Vive el proceso de creación de negocio, disfrútalo y verás que será una experiencia gratificante.
Seguir con un plan es lo difícil
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Cuando inicias el negocio, la ilusión de este nuevo reto comienza a llegar a tu vida. Trazas tu plan inicial, planificas tus pasos y la estrategia que vas a seguir para que cada día crezca más el negocio. Sin embargo, en el camino siempre existirán retos que debes superar, pero muchas veces nos perdemos en estas situaciones.
Cuando estos retos se presentan, muchas veces tendemos a cambiar de rumbo y desenfocarnos en nuestra meta principal.
Debemos siempre seguir la meta trazada, muchas veces tocará ser flexible, pero nunca quitar esa meta.
“Siempre la mente sobre la meta, pero los ojos sobre el camino.”
Ya montado tienes que seguir
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“Ya montado en el caballo no se vale bajarse”.
Eso quiere decir que si ya estas sobre el camino del emprendimiento, ya no hay vuelta atrás, aunque existan dificultades, dudes de tus capacidades, dudes si en realidad lo vas a lograr, debes seguir luchando por cumplir tus objetivos.
La constancia y la resiliencia te harán imparable. Ante todo, la vista en tu meta.
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